lunes, 19 de abril de 2010

De COpenhague a COchabamba (Menos CO2)

“Los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad”


Por Eduardo Galeano. PÁGINA/12 (19-04-10)

Lamentablemente, no podré estar con ustedes.

Se me atravesó un palo en la rueda, que me impide viajar.

Pero quiero acompañar de alguna manera esta reunión de ustedes, esta reunión de los míos, ya que no tengo más remedio que hacer lo poquito que puedo y no lo muchito que quiero.

Y por estar sin estar estando, al menos les envío estas palabras.

Quiero decirles que ojalá se pueda hacer todo lo posible, y lo imposible también, para que la Cumbre de la Madre Tierra sea la primera etapa hacia la expresión colectiva de los pueblos que no dirigen la política mundial, pero la padecen.

Ojalá seamos capaces de llevar adelante estas dos iniciativas del compañero Evo, el Tribunal de la Justicia Climática y el Referéndum Mundial contra un sistema de poder fundado en la guerra y el derroche, que desprecia la vida humana y pone bandera de remate a nuestros bienes terrenales.

Ojalá seamos capaces de hablar poco y hacer mucho. Graves daños nos ha hecho, y nos sigue haciendo, la inflación palabraria, que en América latina es más nociva que la inflación monetaria. Y también, y sobre todo, estamos hartos de la hipocresía de los países ricos, que nos están dejando sin planeta mientras pronuncian pomposos discursos para disimular el secuestro.

Hay quienes dicen que la hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud. Otros dicen que la hipocresía es la única prueba de la existencia del infinito. Y el discurserío de la llamada “comunidad internacional”, ese club de banqueros y guerreros, prueba que las dos definiciones son correctas.

Yo quiero celebrar, en cambio, la fuerza de verdad que irradian las palabras y los silencios que nacen de la comunión humana con la naturaleza. Y no es por casualidad que esta Cumbre de la Madre Tierra se realiza en Bolivia, esta nación de naciones que se está redescubriendo a sí misma al cabo de dos siglos de vida mentida.

Bolivia acaba de celebrar los diez años de la victoria popular en la guerra del agua, cuando el pueblo de Cochabamba fue capaz de derrotar a una todopoderosa empresa de California, dueña del agua por obra y gracia de un gobierno que decía ser boliviano y era muy generoso con lo ajeno.

Esa guerra del agua fue una de las batallas que esta tierra sigue librando en defensa de sus recursos naturales, o sea: en defensa de su identidad con la naturaleza.

Hay voces del pasado que hablan al futuro.

Bolivia es una de las naciones americanas donde las culturas indígenas han sabido sobrevivir, y esas voces resuenan ahora con más fuerza que nunca, a pesar del largo tiempo de la persecución y del desprecio.

El mundo entero, aturdido como está, deambulando como ciego en tiroteo, tendría que escuchar esas voces. Ellas nos enseñan que nosotros, los humanitos, somos parte de la naturaleza, parientes de todos los que tienen piernas, patas, alas o raíces. La conquista europea condenó por idolatría a los indígenas que vivían esa comunión, y por creer en ella fueron azotados, degollados o quemados vivos.

Desde aquellos tiempos del Renacimiento europeo, la naturaleza se convirtió en mercancía o en obstáculo al progreso humano. Y hasta hoy, ese divorcio entre nosotros y ella ha persistido, a tal punto que todavía hay gente de buena voluntad que se conmueve por la pobre naturaleza, tan maltratada, tan lastimada, pero viéndola desde afuera.

Las culturas indígenas la ven desde adentro. Viéndola, me veo. Lo que contra ella hago, está hecho contra mí. En ella me encuentro, mis piernas son también el camino que las anda.

Celebremos, pues, esta Cumbre de la Madre Tierra. Y ojalá los sordos escuchen: los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad.

Vuelan abrazos, desde Montevideo.

* Hoy empieza en Cochabamba, Bolivia, la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, convocada por el presidente boliviano Evo Morales.

viernes, 16 de abril de 2010

Del imperialismo a el bolivarianismo


Coca Colla para todo el mundo! o por lo menos para Bolivia. A base de la hoja de coca la empresa boliviana Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca) inició la producción y comercializacion de Coca Colla, salvo por lo "energy" la cara del nuevo producto es atractiva. Aunque es una iniciativa privida forma parte de la politica del gobierno de Evo por desestigmatizar el cultivo, les digo cuesta algo de $5.5 (10 bolivianos). Yo la importaría a full!!

martes, 6 de abril de 2010

Del otro lado del charco a la Alfabetización Digital

Para quienes lo pidieron acá lo tienen: "Una alumno, una computadora"(ó conectarigualdad.com.ar). Argentina se suma al plan one laptop per child, que garantiza la alfabetización digital del alumnado. Aunque por la noticia recién anunciada Argentina parece ser más ambiciosa aún, queriendo llegar en tres años a 3 millones de adolescentes en 4800 colegios con una inversión de 4000 millones de pesos.
Les dejo un videito de como funciono el exitosísimo Plan Ceibal en Uruguay, demasiado interesante para dejarlo pasar.

Documental Plan Ceibal from Damian Montans on Vimeo.

Mití ová lantec yañá


No conozco Santa Fe, ni siquiera de pasada, lo cuál puede no acreditarme para hablar de Puerto Gaboto, o Gaboto simplemente. Igualmente voy a hablar de lo que estuve leyendo en estos días: Sebastián Gaboto, Italiano que trabajó para la corona española allá por la década de 1520, fue un loquito, expedicionario como su padre, ambicioso también, tenía que llegar a Molucas, era uno de sus primeros objetivos, pero la belleza rioplatense (y el rumor de oro desparramado por Juan Díaz de Solís) hicieron que se quedase en estas tierras hasta 1530. Lo importante de este explorador, que bien podría haberse llamado Gabriel Mariotto, es que fundó el primer asentamiento español en lo que hoy es nuestra querida República Argentina. Gran hazaña la de este hombre, 20 casas Reales a orillas del Río Coronda, casi en la desembocadura hacia el Río Paraná (a 60 Km. de Rosario). Lo denomino Sancti Spiritu, (amén de que era católico) simplemente porque cuando termino de construir el fortín era Pascua. Lo que más me inquieta es que Sancti Spiritu fue destruida por las tribus Coronda y los Chanás, algunos dicen por una disputa amorosa entre una de las integrantes de la expedición de Gaboto y los caciques de la zona (consta en poemas españoles de esa época). La cosa es que los Chaná Timbúes, que agrupaban todas las comunidades del litoral argentino (incluyendo a los amigos charrúas que no conocían limites contaminantes) se negaron a la presencia española. Hoy después de 481 años queda un sólo hablante con 76 años de la lengua chaná: Don Blas Wilfredo Jaime, jubilado de vialidad nacional, descubierto chaná publicamente hace sólo 5 años. Pedro Viegas Barrios, lingüista del CONICET investigó sobre la veracidad de esta lengua y dio por hecho que era la última persona que la conservaba [ver nota página 12], desde entonces la UNESCO junto con una investigación del Lingüista holandés Willem Adelaar incluyen a la lengua chaná como “lengua en situación crítica”. Y como son las enredaderas de la vida que este hombre (destacado por el Honorable Consejo Deliberante de Victoria) junto a su madre escondieron durante mucho tiempo su origen chaná, por vaya a saber que impedimentos sociológicos occidentales modernos. Desde acá esperamos que en Puerto Gaboto, pueblo de unos 2000 habitantes, y de todo el litoral salgan los chanástimbúes para declararse Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestra humanidad. Es decir que como hace más de 400 años los chaná se negaron a la presencia española, hoy los mismos tendrían que negarse a la ausencia de esa negación y gritar lo siguiente: ¡mití ová lantec yañá! (yo hablo la lengua chaná). Aunque la realidad habla de muchos descendientes pero de una lengua definitivamente muerta. Enhorabuena si se aplica la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual, a ver si personas como Gabriel Mariotto ayudan con el poder de la comunicación a preservar la decena de lenguas que quedan todavía vivas en nuestro país.